

La Dirección General de Ordenación de Juego es la encargada de homologar estas apuestas deportivas y en este sentido, puede optar por ofrecer dos tipos de licencias, las generales y las singulares.
Diferentes tipos de licencias de casas de apuestas
Las licencias generales permiten a la casa homologada el ejercicio de diferentes modalidades de juegos de apuestas, además de concursos y otro tipo de juegos. En este caso, como no podría ser de otra manera se guían por los principios de igualdad, transparencia y objetividad además de muchos otros para que no haya ningún tipo de problema a la hora de llevar a cabo el procedimiento en cuanto a los juegos o apuestas se refiere. Esta licencia, tiene una duración de 10 años y se puede prorrogar por la misma cantidad de tiempo en el caso de solicitarse. Por otro lado, se encuentran las licencias singulares. Estas licencias permiten al poseedor de la misma la explotación directa de cada uno de los juegos que se encuentre regulado e incluido en el ámbito de cada licencia. De este caso, se entiende que solo aquellos que sean poseedores de una licencia general, pueden optar a una licencia singular para el juego en concreto. En este caso, la duración como mínimo es de un año y como máximo de cinco. Al igual que sucede con la licencia general, se pueden prorrogar en varios periodos de la misma duración.


Cómo se obtienen estas licencias
Para obtener estas licencias, las casas de apuestas tienen que cumplir con varios requisitos. En primer lugar, hacen falta unos requisitos jurídicos básicos en donde se conocerá la forma de sociedad, el objeto social y estar inscrito en el registro mercantil entre otros. Además de estos requisitos jurídicos, también son necesarios unos ciertos requisitos económicos que demuestren la solvencia de la sociedad para los cuales hay que declarar el volumen del negocio y el origen de dichos recursos. Por último, los requisitos técnicos en donde se tendrán en cuenta aspectos como la plantilla con la que se cuenta así como la preparación de la misma y otros aspectos como por ejemplo la instalación de unidades técnicas del propio local y las medidas que se llevan a cabo para garantizar la seguridad de los usuarios. En definitiva, toda una serie de valores que nos sirvan para certificar el buen hacer y funcionamiento de la propia empresa.