

Esta eliminatoria llega en un buen momento para el equipo de Mou, que ha vuelto a recuperar su mejor versión, después de un mes de enero lleno de dudas. En el primer partido, a pesar de no ser brillante, confirmó que este año el equipo merengue se encuentre en una situación envidiable para romper con la negra tradición de los últimos años en la Liga de Campeones.
Todos los focos estaban puestos sobre Mourinho y el equipo titular que establecería sobre el campo. Al final, como casi siempre sorprendió y sacó de inicio a Adebayor en vez del ídolo local Benzema, y renunciando a la presencia del trivote en el medio campo del que se había hablado tanto. Equipo seguro en defensa y medio campo pero con la intención de atacar también, como indica la presencia de Di María, Özil y Cristiano Ronaldo por detrás del togolés.
A pesar de todo, el partido sobretodo en su primera mitad fue un calco del partido del año pasado. Un Olympique ejerciendo una fuerte presión a los jugadores del Real Madrid, que provocaba que no pudieran jugar cómodos y que perdieran peligrosos balones y así poder realizar peligrosos contraataques. Así, con una gran orden y posicionamiento en el campo anularon prácticamente todo el juego ofensivo del equipo merengue. De hecho, las pocas ocasiones que hubo en la primera parte fueron del Lyon. Gomis tuvo una clarísima ocasión después de un fallo de Casillas en la salida que le dejó el balón en bandeja, pero el propio portero desde el suelo se encargó de evitar el gol. Poco más ofreció la primera parte, en la que el equipo de Claude Puel fue más seguro de su juego y ofreciendo mayor sensación de peligro.
En la segunde parte, el Real Madrid empezó con nuevos aires y así nada más empezar la segunda parte pudieron adelantarse por dos ocasiones, con un tiro de Ronaldo que se estrelló en el palo y un cabezazo de Ramos que el larguero repelió. Además, el arbitro no vio un penalti por manos de Gourcuff a tiro Cristiano.
Mourinho vio que el equipo francés empezaba a bajar un poco su ritmo y aprovechó para meter en el campo a Benzema, ídolo todavía local y que recibió una gran ovación. Ese cambio fue decisivo ya que, al minuto de entrar en el terreno, en una buena jugada dentro del área logró anotar con mucho suspense el primer gol del partido. El equipo francés acusó el golpe recibido y en ese momento el Real Madrid pudo haber sentenciado, pero no acertó en las escasas ocasiones con las que contó. A falta de siete minutos un fallo de Ramos, que evitaba el fuera de fuego, hizo que Gomis empatará a placer el encuentro. De nuevo volvían los fantasmas ya que el Lyon se vino arriba y pudo incluso meter un segundo gol en los últimos minutos gracias a su empuje final, pero esta vez el Madrid aguantó el resultado y se llevó un valioso empate.
Dentro de tres semanas esperamos que el Real Madrid confirme su pase a cuartos de final, dónde esperamos que estén también los otros dos equipos españoles, Barcelona y Valencia.
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