

El Barcelona comenzaba con la intención de sumar los tres primeros puntos contra el Milán, uno de los clubs más grandes del mundo, pero que no se encuentra en su mejor momento. Además, el equipo italiano no podía contar con dos de sus grandes estrellas: Ibrahimovic y Robinho. Pero a un equipo tan importante no se le puede despreciar nunca, porque te puede sorprender en cualquier momento. Nada más comenzar el partido, Pato recogía el balón y con un auto-pase desde el centro del campo se iba de toda la defensa del Barça para batir cómodamente a Valdés a los 23 segundos, y cuando muchos espectadores todavía estaban tomando asiento.
A pesar de ese gol tan inesperado, los azulgranas no se pusieron nerviosos y comenzaron poco a poco a controlar el partido, con su habitual juego de toque y dominando claramente. Con el paso de los minutos el dominio se acrecentó, mientras el equipo rossonero se encerraba con una defensa casi de 8 jugadores, que daba lugar a muy pocos espacios. Al Barcelona le faltaba un poco de profundidad y un ritmo más rápido en la circulación del balón. Pero el mejor jugador del mundo, Messi, cogió las riendas del partido. A punto estuvo de marcar el primero con un espectacular tiro de falta que se estrelló en un palo. Sin embargo, unos minutos después realizaría una increíble jugada para habilitar a Pedro que sólo tuvo que empujarla a la red.


Nada más comenzar la segunda parte, Villa conseguía adelantar a su equipo con un lanzamiento perfecto de falta que se metió por toda la escuadra de Abbiati. El Barcelona daba la vuelta al marcador y todavía quedaban 40 minutos, que podían ser muy largos para los italianos. El Barcelona acaparó toda la posesión del balón pero adoleció de matar el partido. Y a un equipo italiano nunca hay que darle vida, porque aunque parezca que está rendido, a la primera oportunidad que tenga, te va a sorprender. Y así sucedió, con el tiempo ya cumplido, un saque de esquina fue aprovechado por Thiago Silva para establecer el sorprendente empate a dos.
En el otro partido con representante español, el Valencia fue incapaz de superar al rival más débil de su grupo, el Genk. El equipo che tuvo oportunidades para haberse llevado los tres puntos, especialmente en un espectacular remate de chilena de Rami que se estrelló en el larguero, pero no tuvo suficiente mordiente y al final tuvo que conformarse con un punto que sabe a poco, y más teniendo en cuenta el grupo tan complicado que tiene.
Hoy juegan los otros dos representantes españoles, Real Madrid y Villarreal, contra el Dínamo Zagreb y el Bayern Múnich, respectivamente.