

Es una de esas situaciones que se han repetido en los últimos años en el mundo del fútbol y que tanto ha dado que hablar. Tras ver las imágenes en las que Miguel García cae desplomado sobre el césped de El Helmántico, a todos nos vino a la cabeza otros casos de futbolistas que perdían la vida tras caer fulminados.
Por suerte, la rápida actuación de los médicos de Salamanca y Betis consiguieron que Miguel siguiera respirando, pese a haber pasado 25 segundos con el corazón parado. Junto a ellos y la actuación de la Cruz Roja, el famoso desfibrilador fue clave para salvar la vida del centrocampista de la Unión. Miguel había sufrido un infarto y el rostro de sus compañeros lo decía todo: lágrimas, caras desencajadas y expresiones de incomprensión e incredulidad.
Finalmente, Miguel tendrá que dejar de jugar al fútbol. A sus 31 años, y tras haber jugado, entre otros, en Ponferradina, Castellón y Cádiz, no se volverá a vestir de corto. Pero podrá contar cómo los médicos de Betis y Salamanca, Tomás Calero y José Ignacio Garrido respectivamente, le devolvieron la vida, tras unos minutos de mucha tensión.
Es inevitable volver la vista atrás para ver otros casos que acabaron en tragedia: Antonio Puerta (Sevilla), Dani Jarque (Espanyol) y Jordi Pitarque (Reus). Ellos no lo pudieron contar. Otros, como Miguel García, sí pudieron contarlo: De la Red (Real Madrid) o Sergio Sánchez (Sevilla). Que el jugador del Salamanca tenga que dejar el fútbol es lo de menos.
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